Un motero como tal tiene una característica muy distinguida, y es que probablemente estará disfrutando de su moto casi todos los días del año; no habrá lluvia o nieve suficiente, catarro que lo deje en cama o distancia que se interponga, que ese motero demanda sentir todos los días la incomparable sensación de conducir una moto, siendo casi una necesidad de primer nivel. De otro modo, un motorista usará una moto como un mero medio de transporte que facilita la distancia entre dos puntos, encontrando este vehículo como algo práctico. Un motorista preferirá usar otro medio de transporte, si usar la moto supone pasar frío, mojarse, o cualquier otra circunstancia adversa que pueda evitar, mientras que un motero siempre será fiel a su máquina. Por otro lado, si bien decimos que un motorista usará la moto como una solución, no tenderá a socializar con el resto de motoristas, ni se sentirá parte de un grupo de personas que comparten o tienen algo en común. Sin embargo un motero de pro, cuenta los días que faltan para la próxima quedada, estará ansioso por que llegue el domingo para poder salir de ruta e incluso saludará con la característica “V” por la carretera a aquel que lleve una moto como la suya o una distinta ya que para rodar no hay discriminación, cada motero de acuerdo a su estilo.